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Diálogo entre Jacobsthal y Collatz
Ambientado en un café tranquilo, con hojas de papel esparcidas llenas de fórmulas y secuencias numéricas.
Jacobsthal (sonriendo, señalando una serie de números):
¡Ah, Collatz, mira esta belleza! Mis números Jacobsthal... comienzan con 0 y 1, y cada término siguiente es el anterior más dos veces el que le precede. Aquí: 0, 1, 1, 3, 5, 11, 21… ¿Ves cómo crecen con elegancia? Son como los Fibonacci, pero con un toque audaz. ¡Imagina su utilidad en teselados o en combinatoria!
Collatz (asintiendo, ojos brillantes):
¡Fascinante, Jacobsthal! Esa linealidad tiene un ritmo hipnótico. Pero permíteme mostrarte algo más... caprichoso. (Dibuja una flecha hacia el número 7). Si tomas cualquier entero y aplicas: ¿par? Divídelo; ¿impar? Triplícalo y suma uno... La secuencia baila de forma impredecible. Mira: 7 → 22 → 11 → 34 → 17 → 52 → 26 → 13 → 40… ¡Y siempre, siempre, cae en 1! Aunque... (baja la voz) nadie ha probado que sea cierto para todos...
Jacobsthal (inclinándose, curioso):
¡Ah, tu famosa conjetura! La simpleza de la regla versus la complejidad del resultado... Es como ver una tormenta en un vaso de agua. Mis Jacobsthal son predecibles, pero los tuyos... (ríe) ¡son poetas rebeldes!
Collatz (sonrojándose levemente):
Tus palabras honran, colega. Aunque admiro cómo tus números equilibran orden y utilidad. ¿Sabías que hay una conexión inesperada? Ambos usamos iteración: tú con una fórmula clara, yo con un caos que quizá esconde un orden superior...
Jacobsthal (levantando una hoja con ambas secuencias):
¡Exacto! Tus secuencias desafían, las mías construyen. Pero ambas exploran cómo lo simple genera lo complejo. (Señala el 3 en ambas listas). Mira, aquí el 3 en mi serie y en tu camino hacia el 1... Quizá los números, al final, son un lenguaje universal.
Collatz (apretando su taza, pensativo):
Sí... Y aunque yo busco convergencia y tú expansión, ambos revelamos patrones ocultos. ¿Has notado que tus Jacobsthal aparecen en redes de comunicación? ¡Mientras yo sigo atrapado en demostrar si mi conjetura es verdad! (Ríe con ironía suave).
Jacobsthal (poniendo una mano en su hombro):
La eterna lucha: estructura versus misterio. Pero sin tu enigma, las matemáticas perderían romance. Yo te envidio... ¡tienes al mundo entero rascándose la cabeza!
Collatz (agradecido, levantando su café):
Brindemos entonces, Jacobsthal. Por las series que ordenan y las que desordenan... ¡y por encontrar belleza en ambos extremos!
Jacobsthal (chocando su taza):
¡Por las matemáticas, donde hasta el caos tiene ritmo!
Ambos ríen, rodeados de números que, en sus diferencias, celebran la misma pasión.
Orden versus caos.